Casi todos los domingos tocaba ir al Museo del Prado. Unas interminables visitas didácticas para una niña de diez años que iba de la mano de su estricto padre. Después de interminables horas escudriñando la pinacoteca, la pequeña Tanuca llegaba a casa con ampollas en los pies. Pero no se quejaba. Sin decir nada a nadie entraba al baño y metía sus hinchados pies en agua, siempre temerosa de que su padre la pillara. Porque «un Alba nunca llora». Con esos principios Jacobo Fitz-James Stuart crió a su hija. Una infancia que fue de todo menos un cuento de hadas y con la que arranca el libro ‘Cayetana, Duquesa de Alba’ (Café de la Rosa editores), de la periodista Concha Calleja. Esta especialista en casas reales repasa con el testimonio de las fotos, muchas inéditas, una vida marcada por la muerte de su madre, que falleció de tuberculosis cuando ella tenía cinco años. Poco después huían a París: había llegado la Segunda República. Todo ello bajo una estricta educación paternal de estilo británico, a veces cruel: Cayetana iba al colegio con una peluca con tirabuzones para ocultar el peinado que le obligaba a llevar su padre. Así se forjó ese carácter de «espíritu libre y apasionado», como la define la autora, quien ya ha publicado tres libros más sobre la noble.
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La historiadora y escritora Concha Calleja ha presentado recientemente su tercera obra sobre la más popular delas nobles españoles. En Cayetana, Duquesa de Alba (Café de la Rosa) la autora realiza un recorrido por la biografía de la aristócrata, aportando nuevos datos sobre la misma, si bien reconoce que "no dice mucho más de lo que ya se ha dicho". A pesar de ello, el libro revela numerosas anécdotas, las recetas favoritas de la Duquesa, nuevos datos sobre la Fundación Casa de Alba y decenas de fotografías sacadas del álbum familiar de Cayetana.
Cayetana, Duquesa de Alba (Foto Casa del Libro) |
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