Cada cierto tiempo vuelve a la superficie el conocido como crimen de los Urquijo con ese aire de deuda pendiente, de obra inconclusa. De tanto que se ha escrito, dicho y especulado durante 34 años, el resultado parece insatisfactorio como si al suceso le faltaran uno o varios asesinos confesos. ¿Quién? ¿Quiénes? El lunes pasado se conoció por una discreta esquela que había muerto Mauricio López-Roberts, marqués de la Torrehermosa. Tenía 72 años y fue condenado en su momento a 10 años de cárcel por encubrimiento. El policía que le detuvo, José Romero Tamaral, sintió pena por este hombre “equivocado” al conocer la noticia: “Valoró la amistad por encima de la ley, pero no era un hombre malo”. Tamaral, hoy un abogado de 64 años, cree que durante la investigación “se rozó la verdad absoluta”. Todas las claves del caso están en el sumario. Invita a leerlo: “Allí están los culpables y los sospechosos”.
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La muerte de Mauricio López-Roberts y Melgar, marqués de Torrehermosa, ha devuelto a la actualidad informativa el asesinato en 1980 de María Lourdes Urquijo y Morenés, marquesa de Urquijo, Loriana y Villar del Águila, y su marido, Manuel de la Sierra y Torres. El Marqués de Torrehermosa fue condenado en 1990 a diez años de prisión por encubrir el asesinato, cuya autoría y móvil continúan generando múltiples incógnitas.
Mauricio López-Roberts y Melgar (Foto Interviú) |
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