sábado, 21 de septiembre de 2013

La finca del Marqués de Valdecilla abre al público

La casa donde se alojaban los invitados en la finca del Marqués de Valdecilla -San Rafael-, y el edificio donde residió la sobrina, María Luisa -La Casuca-, ya están abiertos al público. La finalización de un ambicioso inventario y restauración integral de los muebles y enseres de dos de los edificios que componen el solar del marqués de Valdecilla, en Medio Cudeyo, permiten ya al visitante realizar un recorrido por el modo de vida de una de las familias indianas más ilustres de la región. Un proyecto que ya ha conseguido poner en valor una de las joyas arquitectónicas más relevantes del municipio y convertirlas en el principal reclamo turístico.

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Tras una minuciosa restauración, abren al público dos de las seis edificaciones que se reparten a lo largo y ancho de la finca que fue de Ramón Pelayo de la Torriente, marqués de Valdecilla. En concreto, la casa en la que vivía la sobrina del marqués (La Casuca) y la destinada a las visitas (San Rafel). Se les une la que fuera residencia del propio Ramón Pelayo (La Casa Blanca), restaurada en 2011.

El Marqués de Valdecilla nació en 1850 en el seno de una familia cántabra de origen humilde y, como tantos otros, se fue a hacer las Américas, amasando una gran fortuna con la que, a su vuelta a España tras la pérdida de Cuba, realizó numerosas obras asistenciales, de entre las que destaca la Fundación Marqués de Valdecilla. En atención a estos méritos Alfonso XIII le concedió el título en 1917 y la Grandeza de España en 1927. 

La  restauración y apertura de este conjunto se ha revelado como un rotundo éxito que ha hecho de él un centro de difusión cultural durante todo el año gracias a los talleres, conferencias y exposiciones que allí se celebran. Asimismo, la finca es el lugar elegido cada año por la Universidad de Cantabria para sus cursos de verano.

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